Cada vez son más quienes guardan su música y películas en discos duros externos. De ahí que el reproductor multimedia de salón, o mediacenter, se haya convertido en uno de los cacharros de moda. Todo el mundo quiere tener uno, y todo el mundo anda preguntando cuál es mejor. ¿Reproduce subtítulos con estilos? ¿Lee todos los formatos de vídeo? ¿Tiene Wi-Fi? ¿Admite carátulas?
Sin embargo, encontrar el mediacenter idóneo es casi una odisea. Por pequeños y cómodos que parezcan, casi todos acaban teniendo algún defecto: archivos que no se abren, cuelgues inesperados, saltos en la reproducción, actualizaciones de firmware… Son pequeñas cosas que fastidian un montón cuando estás en el sofá y lo único que quieres es ver la peli.
Por eso algunos prefieren un mini-PC con mando a distancia, lo que se conoce como HTPC (Home Theater PC). Con un HTPC no hay problemas para reproducir ningún archivo, y si los hay… se actualiza y listo. Pero claro, no todo el mundo tiene los conocimientos, el dinero, la paciencia o el espacio suficientes para adoptar esta solución.
Así pues… ¿Esperamos sentados a que aparezca el mediacenter perfecto? ¿Le pedimos al amigo informático que nos monte un HTPC? …Nada de eso… Vamos a convertir un Mac Mini en el mediacenter definitivo. En este artículo exclusivo de Apple Adictos, te explicamos cómo, y más importante todavía: por qué.
¿Mediacenter o HTPC?
El volumen que ocupa en el salón un HTPC es excesivo comparado con el espacio que ocupa un mediacenter. El HTPC suele ser una caja de 4 a 8 Kg, como este modelo de NOX MEDIA que veis en la foto, de 14 cm de alto, 40 de ancho y 45 de profundo. Todo un tanque, que iguala o supera en tamaño a muchos amplificadores de sonido.
Nota importante: Descartamos de este artículo soluciones mini-PC como las de Asus o Acer, porque incorporan la plataforma Intel Atom, que no es suficientemente potentes para reproducir determinados contenidos Full-HD.
La ventaja de un HTPC reside en que apenas se diferencia de una caja de PC convencional, por lo que podemos integrarle todo tipo de mejoras: una tarjeta gráfica potente, varios discos duros internos, un lector de Blu-ray… No hay límites en lo que una caja de gran tamaño puede incluir. Además, suelen tener 2 entradas USB frontales y 4 traseras para conectar hasta 6 discos externos simultáneos… todo un festín para quienes acumulan «gigas y gigas» de archivos multimedia.
Eso sí, mantener este armatoste en marcha tiene un coste energético elevado (80W – 120W de media), lo que a la larga suele traducirse en un aumento en la factura de la luz. Por otra parte, no todo el mundo tiene el espacio suficiente para encajarlo bajo la tele. Y, para qué negarlo, son aparatos totalmente WAT-Unfriendly, o lo que es lo mismo: a vuestra parienta no le va a hacer ninguna gracia, porque muy estéticos no son, que digamos.
En el otro extremo del ring tenemos un claro ejemplo de mediacenter equilibrado y discreto, el Western Digital Elements, apenas más grande que un disco duro externo, como podéis ver en la siguiente foto:
El sentido común nos dice que si ambos cacharros hacen lo mismo (reproducir archivos desde un disco duro), lo lógico es escoger el de menor precio, menor consumo energético, menor tamaño, y menor complejidad. ¿Un 4-0 a favor del mediacenter?
La realidad es bien distinta, pues casi todos los mediacenters (no todos) tienen limitaciones: entorno gráfico poco intuitivo, lentitud en el desplazamiento por los menús, presentación poco atractiva, lentitud al escanear los contenidos, inestabilidad, recalentamientos, imposibilidad de leer determinados archivos, etcétera. Un HTPC bien configurado con XBMC no da ninguna de estos dolores de cabeza, y ofrece un alto grado de personalización al cinéfilo de pro.
¿Significa que estamos condenados a escoger entre una pareja afable pero poco agraciada, o una atractiva pero de carácter arisco? Ni mucho menos. Ya hay mediacenters que prácticamente reproducen todo sin problemas, como el Dune HD Base 3.0 (329 euros con disco duro), pero ya puestos a pagar esa cantidad por un aparato que solo sirve para contenido off-line… ¿por qué dejar fuera la posibilidad de ver también películas en iTunes o Filmin desde el sofá? ¿Por qué no escuchar nuestra música de Spotify en el salón? ¿Por qué no gastar un poco más para asegurarnos que nunca quedaremos obsoletos?
Os presentamos el Mac Mini 2010, un reproductor de salón precioso, fácil de configurar, potente, versátil y pequeño. El rey Midas de los HTPC.
Índice de contenidos:
Página 1: ¿Mediacenter o HTPC?
Página 2: Unboxing, diseño y características del Mac Mini
Página 3: Controles y conexión del Mac Mini
Página 4: Accesorios y conclusiones
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