La historia de las tecnologías audiovisuales está llena de avances y logros, unos con éxito, y otros con dudosa aceptación y reputación. Muchas veces, los usuarios son reacios a cambios drásticos, engorrosos o traumáticos, pero en un mercado que avanza tan rápido como el de la informática y el cine en casa, un error entre el público, puede significar un retraso enorme en la aceptación de un sistema. Así pues…¿hace bien Apple en retrasar la adopción del 3D? ¿Acierta? ¿Se equivoca?
El hecho de que Apple es una empresa que sabe apostar por tecnologías que pueden triunfar en un futuro por su calidad o sus prestaciones por y para el usuario, es de sobra conocido. Los de Cupertino siempre han estado en la vanguardia de la innovación, procurando elegir las mejores bases informáticas para que sus clientes siempre vayan unos cuantos pasos por delante.
Si nos ponemos a mirar el brillante historial de Apple en cuanto a técnicas, diseños y avances tecnológicos (que hoy en día podemos considerar habituales y normales), no terminaríamos. Desde estas líneas, no han sido pocas las veces que hemos hablado del excelente trabajo de Steve Jobs y su empresa alrededor de estándares como las conexiones USB, la música en formato digital, las primeras interfaces gráficas o el ratón que llevamos en nuestras manos. Entre los últimos grandes avances de los chicos e ingenieros de la manzana, por ser un poco más concretos con el tema que vamos a tratar hoy, también destacan las sensibles pantallas multitáctiles que cualquier dispositivo de hijo de vecino aspira a tener en su móvil. Y es que, a día de hoy, la precisión de las pantallas de los iPhone, iPod o iPad de Apple, siguen estando a años luz de la competencia.
Así pues, podríamos decir (sin prácticamente temor a equivocarnos) que Apple suele ir por delante en cuestiones técnicas y de diseño. No obstante, sus ingenieros y diseñadores (capitaneados por el gran Jonathan Ive), son un selecto grupo capaz de aunar esfuerzos por ofrecer el máximo rendimiento dentro de las experiencias exigidas por el usuario. Ya lo hablamos en su día, así que tampoco pienso extenderme mucho en dicha idea.
Volviendo al tema inicial: si Apple siempre se ha caracterizado por volcarse en aquello que es tendencia y puede llegar a tener una utilidad real para el cliente, ¿por qué no ha apostado por el 3D?
Pese a lo que crea gran parte del público, el cine en 3D dimensiones lleva entre nosotros más de cincuenta años. Si bien las primeras producciones estaban basadas en la tecnología anaglífica (las típicas gafas de colores rojo y azul), y sus efectos en tres dimensiones eran poco menos que rudimentarios, el gérmen de querer sorprender al espectador con imágenes con volúmen y profundidad, ya estaba implantado en la industria audiovisual antes de que los directores de medio mundo (y los espectadores) se volviesen locos con los famosos alienígenas azules. Vamos, que no es algo que sea tremendamente reciente, si bien las implicaciones y formatos más modernos (así como la instalación en salas de medio mundo), han sido las que han dado el espaldarazo definitivo a la técnica de las dimensiones extra en el mundo del cine. Y si dicha tecnología funciona (o parece funcionar) entre la industria cinematográfica…¿por qué no aprovecha Apple para introducirla en sus dispositivos?
Pues por varias razones: de momento, es costosa. Y no tiene una utilidad real en la experiencia del usuario más allá de la impresión inicial. Apple lo sabe, y quizás por eso, retrase la adopción del 3D en sus dispositivos y ordenadores. ¿Para qué introducir una opción que encarecería el producto y que no tendría aplicaciones reales en la experiencia ofimática o de ocio del cliente? No estamos hablando de una tecnología que resulte útil o necesaria, al menos de momento (más allá de la novedad propia de feriantes auspiciada por algunas compañías de terceros, que anuncian accesorios y programas de dudosa calidad para los iPhone o iPad con relativa facilidad). No obstante, no son pocos los rumores que empiezan ya a azotar nuestra redacción con posibles y futuribles proyectos por parte de Cupertino a la hora de lanzar productos con dicha tecnología. Nintendo ya se lanzó a la piscina presentando su Nintendo 3DS, la nueva consola que permite disfrutar de sus juegos en tres dimensiones sin necesidad de gafas.
Y es ahí, donde radica uno de los problemas más recurrentes en el resultado final acerca de la adopción (o no) del formato visual de las tres dimensiones por parte de Apple: la utilización de gafas. Actualmente, todos los cines que proyectan películas en 3D, utilizan gafas. Ya sean activas o pasivas (según el tipo de gafas, pueden llevar pilas y adecuarse a la luz emitada por la proyección o no), las salas de cine, y los actuales modelos de televisores de pantalla plana, usan anteojos para disfrutar y simular el efecto volumétrico y de profundidad. Y siendo honesto, es todo un handicap que dificulta mucho la experiencia para el usuario.
Nintendo ha sabido emplear un tipo de tecnología que permite el efecto de 3D sin necesidad de gafas, utilizando la posición del jugador con respecto a la consola portátil, y calculando su ángulo de visión gracias a una de las cámaras esambladas en el dispositivo. Dicho uso de la tecnología de posición para la creación de efecto 3D (con o sin profundidad), podría extrapolarse a los iPod, iPhone e iPad de la misma manera, y así lo han descrito y explicado los numerosos videos que han pululado por la red en las últimas semanas.
Apple siempre intenta ir un paso por delante, pero también es paciente. Y en cierta manera, cabezona. Pero suelen llevar razón. La no inclusión del formato Blu-ray en sus equipos puede haber sido todo un éxito a tenor de la extensión de las redes y sistemas de contenidos audiovisuales en alta definición por descarga y streaming (iTunes Store, Netflix o Google TV) parece ser una decisión correcta a medio plazo, y también quizás lo sea el permanecer al márgen en la tecnología 3D, que según su poca aceptación por el gran público a nivel de consumo propio, no está gozando del éxito suficiente.
¿Encontrará Apple la fórmula correcta para llevar el 3D a sus productos? ¿Será Nintendo 3DS una pieza fundamental en la adopción de la tecnología tal y como fue la Nintendo DS en el sector táctil? Parece que habrá tantas posibilidades como dimensiones. Un montón.
Alberto González