Hablar de Steve Jobs, es hacerlo de una de las personas más influyentes e importantes de la industria informática, y por ende, de nuestro tiempo. Durante su liderazgo en Apple, miles de usuarios hemos sucumbido a los más variados productos e ideas. Las dudas que se abren ahora, son muchas. ¿Qué futuro le espera a la empresa tras su partida como consejero delegado?
Steve Jobs abandona su puesto de consejero delegado en Apple. La noticia nos cogió a todos por sorpresa, extendiéndose por las redes sociales y copando las primeras planas de millones de blogs, revistas digitales y periódicos web. Jobs, cofundador de Apple, cedía su puesto a Tim Cook, designándolo como sucesor, y tomando el gurú, un nuevo papel menos predominante de cara al público. No es una retirada total, pues Jobs, permanecerá en la empresa que ama de una manera u otra, pero, ¿por qué deja el cargo Steve Jobs? ¿Qué futuro le espera a Apple ahora? ¿Quién tomará las riendas de la compañía de la manzana?
- El legado de Steve Jobs y el fin de una era
Si hubiera que reflejar en los libros de historia la figura de un hombre predominante en los negocios y en la industria tecnológica, esa es, sin el menor género de duda, la de Steve Jobs. Steve Jobs, nacido hace 56 años en California, pronto probó las mieles del éxito con la creación de Apple, empresa fundada en 1976 junto a su amigo y compañero Steve Woznkiak, y que apostaba por a un nuevo enfoque en el recién nacido y precario mercado de la informática personal. «Hacer ordenadores para todos». Éxitos como el Apple II, uno de los primeros ordenadores destinados al gran público (y que rompían con el esquema de complicadas máquinas que debías montar tú mismo), lo avalan. Su visión, adelantada a su tiempo, le permitió despegar como icono durante la época de los 80, culminando en 1984 con la creación del Macintosh, verdadero punto de inflexión para la empresa y para el futuro del mundo de la informática. Fue el primer ordenador comercial en usar una interfaz gráfica de color, así como el primero en hacer uso del ratón para la navegación del usuario. El Macintosh fundamentó y cimentó los pilares de lo que Apple, acabaría siendo. Una empresa con credenciales. La importancia de Steve Jobs en Apple, está fuera de toda duda. Pero también estamos hablando de una persona complicada. No tardaron en aparecer desavenencias con algunos trabajadores, directivos, e incluso con su gran amigo Wozniak. Su labor individualista, y su obsesión con la perfección artística que tantos éxitos le había dado con la creación del primer ordenador Macintosh, terminaron con él. Cuando fue despedido de Apple por la misma Junta Directiva y el CEO que él mismo eligió (John Sculley), Jobs, no se rindió. El haber sido echado de la misma empresa que él fundó hace una década en un pequeño garaje de California, reconoció a posteriori, «fue lo mejor que le podía haber pasado en la vida». Steve decidió volver a empezar. Con ganas y credenciales, Steve fundó la fallida empresa informática, al menos en ciertos aspectos, NeXT. En NeXT, Steve Jobs trabajó a fondo en lo que sería una interfaz gráfica revolucionaria, que llevaría al mundo de la informática personal a hacia una nueva era.
El destino volvió a hacer de las suyas, y en medio de todo, Jobs compró un pequeño estudio de animación por ordenador, formado por renegados de ILM, llamado Pixar. En su momento, aquél movimiento arriesgado, que casi ningún compañero o amigo entendió, acabaría siendo uno de los mayores éxitos de toda su carrera. Pixar, actualmente parte de Disney (que la adquirió por una cantidad de dinero desorbitada), es sinónimo de calidad cinematográfica y sus largometrajes por animación, una referencia para millones de aficionados alrededor de todo el mundo. Largometrajes como Toy Story (el primer largometraje de animación por ordenador de la historia) han pasado a la historia del séptimo arte.
Pero la vida de Steve Jobs, aún le reservaba una sorpresa. En un giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, la empresa que había fundado tras su salida de la compañía de la manzana, y Jobs, se volvió a encontrar dentro de aquél conglomerado informático que lo rechazó y expulsó en su día. ¿Qué hizo Jobs entonces? ¿Rechazar con ahínco y desgana a Apple tras su salida? Steve hizo honor a su nombre, y aceptó el puesto de CEO de Apple. En 1997, Jobs se encontró una Apple que poco o nada tenía que ver con aquella empresa que él creo. Sus productos eran caóticos, malos y llenos de problemas. Las compañías que suministraban los componentes no eran las idóneas. Apple estaba a punto de desaparecer, sin rumbo alguno. Una vez más, la figura de visionario y líder innato volvió a despertar en Jobs (aceptando el sueldo simbólico de 1 dólar por el puesto), y encaminó Apple, con mano dura, a lo que sería el inicio de su segunda edad dorada.
Como nuevo CEO, Steve Jobs logró aumentar hasta un 50% acciones de la empresa con el lanzamiento del iMac, el primer ordenador todo-en-uno de Apple. El iMac marcó un paradigma equivalente al del Macintosh en su día, desmontando por completo un mercado que se encaminaba hacia la parálisis debido al gran tamaño y a la complejidad de los ordenadores personales. El iMac, a día de hoy, es un referente en diseño y funcionalidad. Introdujo el USB, eliminó la disquetera, y posteriormente, apostó por el DVD. Pero no acabó ahí. Si el iMac como sobremesa elaboró un antes y un después, el iBook hizo lo propio por los ordenadores portátiles. Apple, gracias a Jobs, recuperó su puesto predominante en la industria. Pero los mejores años estarían por llegar.
Steve Jobs aún tenía un as bajo la manga, y su nombre era «iPod». El iPod, en 2001, y la iTunes Store, en 2003, revolucionaron a una mercado, como el discográfico, que veía como su negocio se encaminaba a la destrucción tras las bajas acogidas de los CD y el aumento de la piratería digital. Ambos elementos, el iPod y iTunes, son fieles muestras de las actuales bases de Apple. Uno, es el mayor y más vendido reproductor musical de todos los tiempos, y la otra, la mayor tienda de contenido digital de la historia. Pero Jobs y su equipo, jamás se quedaron ahí. Tuvieron hambre de reconocimiento, y en pleno boom por los teléfonos inteligentes, en 2007, dieron a luz al iPhone, primer punto de inflexión de la era Post-PC. El smartphone de Apple volvió a instaurar una tendencia, que sería seguida por miles de empresas. Pantalla táctil, prestaciones soñadas hasta entonces, y un diseño que se daba la mano con el usuario, y que a posteriori, lo transportaría al maravilloso y mágico mundo del iPad, el primer dispositivo capaz de desbancar en ventas a los ordenadores portátiles, y primer representante oficial de la nueva época de los tablets.
Todos sus productos, hasta la fecha, y en mayor o menor medida, han sido absolutos fenómenos de masas. Su pulso y visión lo elevan como una figura difícil de entender. Por una parte, es una persona que simplifica conceptos hasta hacerlos accesibles para todo el mundo, y en cambio, es una figura complicada en sus relaciones. Es un hombre con poco tacto para las relaciones sociales, pero que en cambio, ha forjado enormes amistades y ha cimentado un liderazgo casi ciego hacia su persona. Steve Jobs, es, como todos los genios, polémicos. Su cese como CEO (consejero delegado) de Apple, es una noticia triste. No hay duda alguna. No podemos ahondar demasiado en sus motivos, en los que quizás su delicado estado de salud hayan hecho mella, pero no hay que preocuparse. Steve no abandonará la empresa que creó y vio crecer. Porque Steve Jobs no es una persona corriente. No es solo una cabeza visible encima de un escenario. Su mente es visionaria, hambrienta, compleja y adelantada a su tiempo. Es un hombre de negocios impresionante. Inquisitivo y explorador. Y jamás se licenció. Gracias a él, Apple es lo que es hoy en día. Gracias a su sacrificio, su ímpetu y sus arriesgadas maniobras, hoy entendemos la informática de una manera absolutamente distinta a la de hace una década. Y eso, no lo pueden decir muchos. Steve Jobs y su abandono, marcan el fin de una era. Una era prodigiosa, que a buen seguro, recordaremos siempre. Sus productos, son su mejor legado.
¿Debemos estar preocupados por abandono como CEO? No. Tristes, sí. Preocupados, no. Steve Jobs seguirá presente en las decisiones importantes. Estará ahí. Como símbolo y como parte activa. Su decisión es, repetimos, premeditada y beneficiosa para la empresa. Ante un lanzamiento como el del iPhone 5 bastante pronto, la opción de anunciarlo cuanto antes, era la mejor Así se evitan caídas demasiado notorias en bolsa. Se evitan problemas. No se solapan acontecimientos, teniendo así los productos de la empresa, mayor protagonismo que sus directivos. Hasta en su marcha, ha demostrado premeditación y clase. Quizás deje su actividad en Apple tal y como la conocemos, pero dejará ciertas responsabilidades en una de las personas más capaces del mundo. ¿Su nombre? Tim Cook. Y apuntadlo bien.
- Tim Cook y la nueva Apple
Tim Cook es la persona designada por Steve Jobs para ser su sustituto como CEO de Apple. El nuevo consejero delegado de la manzana, no es un cualquiera. De hecho, es la mejor opción posible para dirigir una empresa como Apple (en la que lleva trabajando más de 15 años), sobre todo tras su dilatada experiencia en el mundo de la informática, donde ha desempeñado diversos puestos y cargos en empresas como IBM, Compaq o Intelligent Electronics. Cook, ha sido elegido por su experiencia y sus dotes de liderazgo en una posición, que él mismo conoce bastante bien tras las reiteradas bajas médicas tomadas por Steve Jobs durante su ardua lucha contra el cáncer. Tim Cook ha sido CEO temporal durante 2004, 2009 e incluso durante este mismo año, con lo que el correcto desempeño, a corto plazo, está más que asegurada.
Pero Tim Cook es más que una solución temporal. Es una apuesta de futuro, un caballo ganador. Cook ha trabajado en puestos claves dentro del departamento de finanzas y costes de desarrollo. El actual CEO de Apple, de 51 años, llegó en la peor época de Apple, cuando la compañía estaba a punto de desaparecer. Con cabeza, atino y planificación, consiguió reducir los costes y aumentar los márgenes de beneficios y ganancias de Apple, e impulsó el desarrollo de nuevos caminos y tecnologías, así como alianzas estratégicas, que a posteriori serían de vital importancia para la empresa. No obstante, Cook es el tipo de personas que está acostumbrada a la presión. Y eso a Jobs, le encanta.
Pero no estará solo. El equipo actual de Apple, es un compendio de diferentes líderes y figuras relevantes en sus respectivos campos. Entre los ejecutivos, destacan nombres como el de Jonathan Ive, Vice Presidente Senior de Diseño Industrial, Bob Mansfield (responsable de la plataforma y hardware de Mac) o Scott Forstall, responsable absoluto de iOS. Todos ellos, capacitados para seguir las riendas y el camino marcado por Steve Jobs, así como de seguir dando resultados excelentes en sus puestos.
Además, Steve Jobs, seguirá teniendo un papel importantísimo en esta nueva Apple. Como reconoció y pidió en su carta, aunque sus facultades le impiden en mayor o menor medida seguir siendo consejero delegado, reclama seguir estando presente como presidente y miembro de la Junta. Su labor será la de presidir, coordinar y gestionar decisiones, problemas y movimientos dentro del seno de la empresa. Su trabajo estará ligado a Apple, de una manera u otra. No habrá que preocuparse de hipotéticos problemas de bicefalia empresarial o de discrepancias en última instancia. Tim Cook como CEO, y Steve Jobs como presidente, son una pareja ideal. Una pareja compenetrada, reconocida y que lleva en la cúspide muchos años. Ambos han experimentado lo peor y lo mejor que una empresa del sector tecnológico puede darte, y eso otorga un plus de distinción enorme con respecto a la competencia.
No hay porque tener miedo o preocuparse. Con ambas personalidades a la cabeza de una Apple llena de éxito, solo podemos imaginar buenos resultados. Apple aún tiene mucho que decir, y este cambio de estatus comercial y directivo a nivel interno, no influirá en los maravillosos productos, ideas y conceptos que este asombroso equipo, tiene aún que ofrecernos.
Gracias, Steve. Por cambiar el mundo. Por todo. Permanece hambriento. Por muchos años.
Alberto González
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